«Cuando te hundas, no nades, camina»

23.07.2024


Se siente un vacío. Es un dolor progresivo.

No tiene mucho que ver con mentiras,

pero sí con una pesadilla.

La verdad no está oculta,

pero empieza a ahogarse entre un peso aplastante.

Por supuesto, ¡falta el aire!

No hay suficiente espacio para respirar.

La manilla de la puerta se ha caído,

así que ese cuarto se ha vuelto una celda infernal.

No bastan las palabras, hay mucha culpa

por haber llegado hasta este lugar.

La tristeza, la soledad y el fracaso

son las bebidas en mi vaso.

¿Y ahora, qué sigue?

¿Veneno, nuevas cicatrices?

Necesito ayuda, alguien que me saque,

Y alguien que me explique".

Anónimo

Abro con este texto que me pareció maravilloso para explicar lo que claramente llega a ser la enfermedad de esta nueva era de la vida. La ansiedad, depresión y estrés son protagonistas de tormentos que se han vuelto comunes.

A ciencia cierta, es probable que hayas sufrido las tres o una de ellas al menos en algún momento de tu vida. También es probable que te sientas tentado frecuentemente a atravesar una o más, y esto es porque —considero— con el acelerado paso del tiempo nos vamos volviendo más frágiles como seres humanos, para que Dios se haga más Dios en nuestras debilidades.


Te invito a tener claras estas premisas:

  1. Esta vida te hará sufrir, y lo hará diariamente.
  2. Dios calma tormentas, pero también las deja seguir su camino, y esto no tiene explicación.
  3. Estarás de por vida por lo menos en un ambiente donde tú seas el más afectado y el único que sabe cómo hacerlo mejor.
  4. Una vez que venzas el ciclo emocional que te atrapa en tu mayor debilidad y te mantiene en constantes conflictos íntimos o públicos, deberás caminar sobre las aguas en lugar de orar para que se calme la tormenta.
  5. Cuando camines sobre las aguas turbulentas (que se refieren a la situación que más te ha afectado durante toda tu vida) de seguro te hundirás, ¡tranquilo! Clama a Jesús que él te sacará de nuevo, él está allí para eso.
  6. No confundas el hundirte con el morirte, solo es un tropiezo, ¡sigue adelante, Pedro!
  7. La ansiedad se siente como olas pesadas que pasan sobre el cuerpo y el corazón, eso es señal de que te has hundido en medio de tu liberación, es hora de recuperarte.
  8. La recuperación no se trata de evitar las emociones, se trata de recuperar tu fe con la que le dijiste a Jesús: "yo puedo, hazme cambiar".
  9. La fe es el principio que te hizo empezar a vivir feliz en medio del mismo ambiente que te generaba insomnio, amargura, rechazo, dolor, ira, desenfoque, confusión, aislamiento, rencor, malos pensamientos, malos deseos, maldiciones, dudas, desconfianza e infelicidad.
  10. Deberás regresar a la barca caminando sobre las aguas. No nadando, porque nadando no saliste. No arrastrado por Jesús porque arrastrado no saliste. Deberás regresar solo con Jesús y hacerlo caminando.

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